INTRODUCCIÓN

Al primer mes de vida se le conoce como el periodo neonatal; durante esta fase el recién nacido pone a prueba la capacidad de adaptación que tiene naturalmente de su sistema de regulación interno y de sus nuevas condiciones de vida. Antes de nacer, el bebé, ya establece intercambios que se vuelven permanentes con el ambiente que lo rodea y que ejercen influencia sobre el sistema psicológico y biológico infantil del mismo, ya que a lo largo de su gestación, el organismo se encuentra acoplado al organismo materno, creando una organización similar a la de la madre, sin embargo este acoplamiento se ve roto durante el parto, siendo sustituido por el acoplamiento psicológico.

Como es bien sabido, entre el recién nacido y la madre debe existir un lazo de relaciones  estrecho, que se complementan y expanden mucho después de haberse constituido la fase prenatal. Dichas relaciones estrechas son psicológicas; ejemplo de ello es el amamantamiento, cuyo contacto intenso facilita que entre ambos (madre-hijo) se establezca una relación excelente. Cada instante en el que el niño se desarrolla, se vuelve un organismo adaptado, que va surgiendo mediante la organización, como base de su propia adaptación. Esta organización que comparten todos los recién nacidos, son los denominados movimientos reflejos que van desapareciendo conforme trascurren  los primeros meses de vida. Por otra parte hay que mencionar que los recién nacidos, tienen habilidad para detectar las señales humanas, preferentemente las emitidas por las madres. Al inicio los sonidos que el niño emite se caracterizan por el interés que tiene con la persona que lo cuida, pero estos sonidos no tienen un carácter lingüístico, siendo estos precursores de habilidades comunicativas interpersonales y del desarrollo del lenguaje, entre estas, las vocalizaciones incluyen al  llanto, y la risa. Para el bebe es muy adaptativo las muestras de receptividad y las señales comunicativas de las personas cercanas a él; pues desde que nace  ya es un sistema cognitivo autoformado.

Existen diversas teorías que tratan de explicar la adquisición del lenguaje en el infante, por ejemplo  la teoría inatista (el lenguaje esta bioprogramado o determinado por la maduración), el constructivismo (enfatiza la interacción de los factores externos al individuo como el desarrollo de constricciones innatas dando lugar a la aparición del lenguaje) o el emergentismo, que  se deriva del constructivismo, pero esta interpreta la adquisición del lenguaje como una estructura que surge de las construcciones en interacción. Sin embargo  no es hasta la década de los años 70 cuando comienza a ocurrir un desvanecimiento de la imagen del recién nacido  dotado de pocos reflejos y recluido en sí mismo. Algunos  estudios de laboratorio de aquellos años, ya habían  llegado a la conclusión de que existen preferencias estimulares en el neonato humano dirigidas hacia parámetros que definen la voz humana debido a que los bebés parecían estar biológicamente pre adaptados y dispuestos a procesar los sonidos del habla, la longitud y la frecuencia de onda que caracteriza a la voz  humana y específicamente a preferir  la voz materna.
 Estas capacidades y preferencias halladas; nos muestran que el recién nacido se encuentra desde sus inicios orientado hacia los otros y hacia el lenguaje en un sentido extenso, ya que cerca de los dos meses  las interacciones cara a cara  entre el bebé y el adulto se intensifican; es decir  el bebé de un modo activo, emite sonrisas seguidas de un conjunto de conductas expresivas a las que la madre suele responder con una voz determinada, gestos o posturas especificas, estableciendo entre ellos intercambios de imitaciones mutuas. De esta forma notamos como el bebé responde a un habla diferente de la que suele establecerse en adultos, denominada  “habla dirigida al bebé” y que se orienta hacia la  formación de habilidades lingüísticas, pero también hacia el establecimiento de experiencias de  intersubjetividad primaria durante los primeros meses de vida, lo que constituye uno de los sucesos más relevantes para el desarrollo del niño.

En realidad, las modificaciones del habla son un aspecto de la elaboración dinámica, rítmica y tras modal de la estimulación en todas sus modalidades, ya sea táctica, visual o cenestésica, debito también a que los bebes cuentan con una dotación genética de recursos de expresión emocional que proyectan estados internos como la alegría, la tristeza, el miedo, el desagrado, enojo o interés. Así la naturaleza no conceptual del lenguaje pasa a formar parte de un primer plano en la interacción adulto- bebé. Es por ello, que el primer mes  de vida constituyen un periodo caótico y decisivo en el futuro de un individuo, pues diversos eventos o situaciones de carencia que enfrenta el niño, pueden dejar huellas negativas e imborrables en su desarrollo, que quizás más tarde se manifiesten como trastornos tanto en el ámbito social, familiar como educativo, por lo que es de vital importancia implementar evaluaciones en el desarrollo que nos permitan detectar posibles trastornos en el mismo, dado que la plasticidad y la dinámica del cerebro son mayores.
Es así que notamos como la interacción entre el neonato y su entorno interviene en  su desarrollo; siendo la relación madre-hijo la más importante, tanto en sus interacciones biológicas como en las sociales (amamantamiento, gestos y tipo de voz), recordemos que el nivel de desarrollo es diferente para cada recién nacido, tanto en su nivel de maduración, como en la estimulación que reciben del medio debido a que  el recién nacido va autorregulandose por medio de lo que se conoce como adaptación, superando un momento traumático al cambiar de un ambiente seguro en el útero de la madre  al  momento del parto.
Ya que la relación madre-hijo es de suma importancia para el desarrollo del niño podríamos sugerir la siguiente pregunta de investigación: ¿qué beneficios pueden hallarse en el desarrollo del recién nacido de acuerdo a las diversas técnicas de alimentación: leche lactancia directamente del seno materno, técnica del vasito, jeringa o uso de biberón?